30 diciembre 2007
30 noviembre 2007
Alinear nuestro paradigma
30 octubre 2007
30 septiembre 2007
Mentoring
30 agosto 2007
Intuición
30 julio 2007
Mindfulness
30 junio 2007
Siempre hay una alternativa
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La última palabra siempre la tenemos nosotros mismos.
30 mayo 2007
Beneficios del preguntar
* desafiar viejas perspectivas y puntos de vista limitados
* revelar y comprender partes desconocidas de sí mismo
* descubrir lo que podría llegar a ser
* identificar el verdadero asunto que lo tensiona
* invertir en crear la solución
30 abril 2007
Autoconocimiento
30 marzo 2007
28 febrero 2007
Distanciamiento
30 enero 2007
Educar la intuición
30 diciembre 2006
Puntos ciegos
30 noviembre 2006
Coach ¿interno o externo?
30 octubre 2006
30 septiembre 2006
Coaching coactivo
30 agosto 2006
La importancia de la intuición
30 julio 2006
El éxito lo define el cliente
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Tenemos pues un coach y un cliente con el que esta persona interactúa en el marco de una relación a la que llamaremos coaching.
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¿Qué se entiende por éxito y por facilitar el éxito?
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Hay algo claro: el éxito lo define el cliente. En la relación de coaching es el cliente el que define qué es y qué no es el éxito; así, el coach ayuda al cliente a alcanzar algo (el éxito) que el mismo cliente ha definido (con o sin la ayuda del coach).
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Facilitar significa que el coach va a ayudar a su cliente a tener más posibilidades de conseguir el éxito, tal como lo defina el propio cliente. En contrapartida, el responsable de este éxito va a ser el propio cliente, que va a ser quien va a tomar las decisiones no el coach, que actúa de facilitador.
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Se trata entonces de una relación en la que dos personas interactúan, de una forma tal que una de ellas ayuda a la otra a que consiga sus objetivos. Manteniendo esta definición como criterio, habrá una serie de puntos clave, que nos permitirán evaluar si una relación es o no de coaching.
30 junio 2006
Creencias
30 mayo 2006
El coach en las empresas
30 abril 2006
Coaching y liderazgo
30 marzo 2006
Generar una visión
28 febrero 2006
Coaching y mentoring
30 enero 2006
MBTI (Myers Briggs Type Indicator), un instrumento recomendable
En ambos casos, la respuesta es idéntica. Conocerse uno mismo y tratar de conocer a los demás. En este sentido, el MBTI es la herramienta que yo recomiendo y, a menudo, utilizo con esos colectivos para progresar en ese conocimiento (propio y de los demás).
QUÉ ES EL MBTI
Estas preferencias se hallan relacionadas con las funciones básicas que nuestras personalidades realizan a lo largo de nuestra vida. Se convierten en el centro de nuestras atracciones y aversiones por la gente, las tareas y otros eventos a lo largo de la vida. El MBTI ayuda a establecer las preferencias individuales y, posteriormente, a promover un uso más constructivo de las diferencias entre las personas.
En realidad, la clave para gestionar a otros de manera efectiva es gestionarse uno mismo primero. Cuanto más conoces de ti mismo, más puedes relacionarte con los demás, desde una posición de confianza, seguridad en uno mismo y fortaleza. Hemos aplicado la herramienta a personas individuales y a grupos naturales. Posteriormente, la hemos utilizado para ayudar en procesos de desarrollo personal, de liderazgo, de coaching, de integración de miembros de un equipo, de comunicación interpersonal y de inteligencia emocional.
BENEFICIOS
Ayuda a dar una estructura para asesorar las formas en que las personalidades y los estilos individuales contribuyen a los comportamientos que impactan el desempeño en el trabajo. También resulta de utilidad como punto de partida para discusiones de comportamiento y desempeño individual en el trabajo, y para crear un ambiente donde el feedback honesto y constructivo pueda volverse la regla, no la excepción.
30 diciembre 2005
Crisis
30 noviembre 2005
30 octubre 2005
Otras habilidades
Más allá de que la intuición constituye una vía de descubrimiento muy ancha, el directivo debe creer firmemente en que brindar coaching es posible. Debe estar convencido de que las personas pueden obtener por sí mismas sus propias respuestas.
Generar acción y aprendizaje es otra habilidad que desarrolla un buen coach. Efectivamente, todo coaching debe conducir necesariamente a la acción. A una acción concreta, medible y alcanzable por parte del colaborador. El directivo tiene que hacer ver al colaborador el precio de sus decisiones, lo que va a conseguir con esas acciones y a lo, al mismo tiempo, debe renunciar.
La paciencia es una habilidad trascendental en este punto. Paciencia para no subvertir ese nuevo rol directivo, un rol en que ya no se dispone de las respuestas, un rol de neutralidad. Pero al mismo tiempo es un rol realista, que toca firmemente con los pies en el suelo y que es consciente de hasta qué punto las acciones generadas por el colaborador contribuyen a solucionar el problema.
30 septiembre 2005
Habilidades involucradas en el coaching
30 agosto 2005
La esencia del coaching
El desarrollo de sus colaboradores debería ser una de las funciones capitales de su trabajo. Que sus colaboradores ganen autonomía en el tratamiento y en la resolución de los problemas, haciendo uso de sus propios recursos. Este enfoque supone que el directivo, por lo general, precise desaprender aquello que le ha convertido en un supervisor con éxito en el corto plazo, con una fuerte orientación a la tarea y descubrir la verdadera dimensión del factor humano y la comprensión plena de qué papel juega éste en la contribución a los resultados. Para el directivo, el coaching conlleva, en esencia, una nueva modalidad de ejercer el liderazgo.
Los modelos mentales, los paradigmas o la programación interna de los directivos ejercen aquí una importancia crítica. La dirección heroica que tiene todas las respuestas ya no tiene cabida en este nuevo espacio. Se trata justamente de todo lo contrario. De eliminar el rol dependiente del colaborador y colocarse en una posición receptiva, reflexiva, a partir de la cual los colaboradores depositen la confianza en el líder, ya no directivo, y que éste – en ese nuevo espacio generado – pueda estar en disposición de ayudar al colaborador a que encuentre. La creencia primordial del coaching es que el colaborador es una persona creativa, completa y llena de recursos. La labor del directivo es, pues, liberar y poner en juego esa serie de recursos. Una serie de habilidades contribuyen a ello.