Siempre hay una alternativa
Quizá no resulten agradables pero siempre existen. Con muchas frecuencia, ante alternativas desagradables nos dejamos llevar por el pánico. Vemos menos posibilidades de las que contemplaríamos si conserváramos la calma. Nos sentimos atrapados. No obstante, se trata de una ilusión. Uno nunca está realmente atrapado.
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La última palabra siempre la tenemos nosotros mismos.
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La última palabra siempre la tenemos nosotros mismos.