Distanciamiento
Esa es la razón por la que no conviene que el coaching lo realice una persona amiga. Es cierto que la esencia del proceso de coaching es una relación de confianza y ésta es, al fin y al cabo, la esencia de la amistad. Pero también tiene sentido que las personas muy cercanas difícilmente pueden ser neutrales.
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El coach, en cambio, evita tener fuertes sentimientos con su cliente para, desde la distancia, guiarlo a través de preguntas.