Habilidades involucradas en el coaching
La autogestión es una de las habilidades clave. Autogestión para no proyectar, para no dar respuestas, para que nuestras creencias y valores no interfieran con los del colaborador. Dar coaching, como ejercer el liderazgo, requiere conocerse muy bien uno mismo.
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La curiosidad es otra habilidad fundamental. Se trata de un genuino interés por saber, por aprender. Aquí la capacidad de formular preguntas potentes resulta esencial. Preguntas que realmente busquen comprender, ampliar la visión que uno tiene. Preguntas que no buscan las causas (los porqués) si no que propician entendimiento. Preguntas que en suma logran que el colaborador amplíe su visión, lo cual le ayuda a incrementar su autonomía.
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Consiguientemente, la escucha deviene entonces una habilidad esencial. Escucha enfocada y escucha global. Eso significa estar pendiente y escuchar todo. Lo que se dice con las palabras, lo que se dice con el cuerpo. Y también lo que no se dice.
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La intuición es un ingrediente muy vinculado al coaching. Eso requiere que el directivo sea espontáneo, que diga lo que piensa o cómo se siente y que no tema equivocarse ni perder su autoestima.